Doctor Raúl Potetti

Una vida, una vocación, un destinopotetti
* Proveniente de un hogar humilde, con esfuerzo y dedicación, debió costear su carrera universitaria.
* Ejerció la medicina en la zona rural y, más tarde, junto al doctor Norberto Molina, adquirió el Sanatorio Oeste.
* Fundador del Club de Leones de 9 de Julio, tuvo una destacada actuación en las filas del Leonismo, llegando a ocupar cargos a nivel distrital.
* El Club Atlético 9 de Julio, fue una de las instituciones que lo contó en sus filas, impulsando la construcción de la cancha de pelota a paleta.
* Durante más de cinco décadas, de forma ininterrumpida, ejerció la medicina en esta ciudad.
* Falleció sin poder ver concretado uno de sus sueños: la reactivación del Sanatorio Oeste.

indart
Inés Indart, la localidad donde el doctor Potetti hizo sus primeras armas como médico rural.

El pasado domingo 12 de abril, falleció en esta ciudad, el doctor Raúl A. Potetti, un destacado profesional, que logró forjar una trayectoria en la medicina de más de 50 años. Su vida estuvo ligada a su profesión, a la que dedicó largas hora del trabajo, en su Sanatorio Oeste.
Con la misma naturalidad, dedicación y prestancia con que lo hacía cuando era un joven médico, ya en la edad avanzada, el doctor Potetti siguió atendiendo su consultorio y visitando a sus pacientes. En vida fue un ejemplo de vocación y de servicio y, hoy, su legado sigue siendo un ejemplo para quienes hacen  de la medicina un apostolado.
Había nacido en esta ciudad el 8 de abril de 1924, en el hogar formado por Atilio Potetti y Ana Testa.
En su ciudad natal habían cursado los estudios primarios, para luego continuar los secundarios en el Colegio Cavallari y en el Colegio de Pehuajó. Cabe destacar que, en aquellos años, en 9 de Julio no existía aún  un establecimiento educativo en el cual cursar de forma integral un bachillerato. Por ello, los alumnos cursaban los primeros dos años en el Colegio Cavallari y luego los completaban en otras ciudades.
Concluido el bachillerato, eligió  la carrera de Medicina, profesión por la cual tendría una vocación desde edad muy temprana.

LOS ESTUDIOS UNIVERSITARIOS
Ingresó en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de La Plata, en una época en la cual era difícil emprender este tipo de estudios para los jóvenes pertenecientes a familias humildes. En efecto, para que sus estudios no le significarán a sus padres una erogación pecuniaria mayor, debió costearse los estudios con su propio trabajo.
Su día comenzaba a las cinco de la mañana para realizar toda tarea que llegada a sus manos. Mientras estudiaba fue operador telefónico nocturno, colocaba inyecciones a domicilio y, los días domingo realizaba una guardia en un hospital en la localidad de Ensenada.
Durante varios años fue condiscípulo del doctor René Favaloro.
Merced a capacidad de trabajo asombrosa, encontraba tiempo para el estudio. Incluso después de graduarse, siguió trabajando como operador telefónico, aunque poco después decidió presentar la renuncia con la finalidad de permitir que otra persona pueda ocupar ese puesto. Sin duda, su deseo era que ese empleo, que le había permitido costearse el camino de los estudios universitarios, fuera también para un estudiante que lo necesitaba.
El 5 de octubre de 1950 obtuvo el título  en Medicina.

MEDICO RURAL
Poco después de recibirse como médico, realizó su primera experiencia como médico rural, en la localidad del Partido de Salto, distante unas diez leguas de la ciudad cabecera: Inés Indart. Allí conoció de cerca el trabajo que un médico  debe realizar en un pueblo pequeño y alejado de los adelantos de la ciencia de las grandes ciudades.
Para visitar un paciente en Inés Indart se valía de un vehículo con tracción a sangre y, más de una vez, los pacientes le retribuían su atención médica obsequiándole huevos o pollos.

EN 9 DE JULIO
El doctor Potetti regresó a 9 de Julio, con el proyecto de trasladarse luego a una ciudad del sur del país. Venía a esta ciudad para suplir al doctor Ernesto Molina, en el Sanatorio Oeste, por quince días. En esa época, en 9 de Julio, había apenas once médicos.
El doctor Molina se había establecido en 9 de Julio en 1949, para la atención del Sanatorio Oeste, a la sazón propiedad del doctor Martín P. Puyade. Transcurrida la suplencia, Puyade le ofreció a Potetti incorporarse al Sanatorio junto a Molina. Esta propuesta fue evaluada por el joven médico quien desistió de viajar al sur para establecerse definitivamente en su ciudad.
Cuando el doctor Puyade decidió vender el sanatorio, el doctor Potetti lo adquiró asociado al doctor Molina.
Progresivamente, los doctores Molina y Potetti le confirieron al nosocomio un estilo que conservó hasta sus últimos días, en 2005, cuando fue cerrado. En enero de 1994 el doctor Molina se había retirado de su labor como médico, habiendo quedado al frente del mismo el doctor Potetti junto a un hijo del doctor Molina, también médico.
Como médico, el doctor Potetti junto a Molina, y a otros profesionales de 9 de Julio, debió hacer frente a los tiempos duros de la epidemia del mal de los rastrojos. El Sanatorio Oeste debió asistir alrededor de 500 pacientes afectados con este flagelo.

FUNDADOR DEL CLUB DE LEONES DE 9 DE JULIO
El doctor Raúl Potetti, junto a otros vecinos de esta ciudad, participó en la fundación del Club de Leones de 9 de Julio, el diciembre de 1965. En la primera comisión directiva de esta institución, le cupo desempeñar el cargo de vicepresidente primero.
Más tarde, durante tres períodos, se desempeñó como presidente (1967/1968, 1970/1971 y 1974/1975). Fue durante su tercer mandato que el Club obtuvo el galardón «Retention Award».
Además, en el Leonis mo, a nivel distrital, un funcionario de la gobernación. Entre 1971 y 1972 ocupó la jefatura de la Zona 2, Región B, siendo gobernador del distrito el León Héctor Álvarez Serantes, de la selva de Escobar. Cabe recordar que, por esos años, el Club de Leones de 9 de Julio pertenecía al Distrito «O» 8, hoy desaparecido.

PALABRAS FINALES
La vida del doctor Raúl Potetti fue un ejemplo de entrega y dedicación a la comunidad y a sus semejantes. Un claro y notorio ejemplo del hombre de bien que persigue los más elevados ideales. El doctor Potetti dejó este mundo llevándose un sueño, un anhelo: la reactivación del Sanatorio Oeste.

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