Bajo el signo de “Nahuel Curá”
* Comenzó en el automovilismo en la época heroica de las grandes vueltas sobre carreteras.
* Participó de diferentes competencias y se ha constituido como uno de los referentes en rico pasado del automovilismo nuevejuliense.
* Con gran dedicación y esfuerzo preparó el primer automóvil que corrió y, en torno al cual, se constituyó una Peña de amigos que hizo historia.
* El automovilismo le ha permito cosechar muchos amigos, cuya amistad aún conserva imperecedera a pesar del paso de los años.
Dialogar con Félix Marcelino Colucho significa adentrarse en una parte importante de la historia del automovilismo en 9 de Julio. Su memoria, ágil y precisa, cita con gran exactitud fechas, nombres y lugares en que se desarrollaron muchos acontecimiento vinculados con este deporte y con su participación. En efecto, Félix fue un corredor que perteneció a la época, tan llena de heroísmo, trabajo y amistad, de las competencias sobre rutas y caminos, las grandes Vueltas.
Con el pseudónimo de “Nahuel Curá” participó en muchas competencias, no solamente con el automóvil de su propiedad, sino también como piloto de uno que había preparado el doctor Santiago Meli.
Nacido en Bragado el 26 de mayo de 1937, a poco menos de tres días fue a vivir a la estancia «El cencerro», en la localidad de Dennehy, en el Partido de 9 de Julio, por lo cual con justos merecimientos se considera un nuevejuliense. Sus padres fueron Antonio Alejandro Colucho e Isabel Castro. Su padre era mayordomo en aquel establecimiento rural y su madre era oriunda de Comodoro Py.
Félix tiene tres hermanos, su hermana mayor radicada en Merlo, la menor en Huinca Renancó, en la Provincia de Córdoba, y un hermano que vive en Bragado.
Cuando contaba apenas quince años de edad comenzó a trabajar en el escritorio de la estancia «El cencerro». En esos años en Dennehy incursionó en el fútbol, tanto así que con los años jugó en los equipos de Atlético Patricios y del Club Atlético «9 de Julio».
Tres años más tarde lo llevaron a trabajar, también en la administración, de la estancia «El cartal», en General Madariaga.
Cuando, en 1957, fallece su padre, una de las primeras víctimas del mal de los rastrojos en la zona, Félix retornó a la estancia «El cencerro» para suplantarlo.
TRABAJOS POSTERIORES
Más tarde, en 1971, pudo trabajar con Antonio y Víctor Lapacó en otro importante establecimiento agropecuario.
A comienzos de la década de 1980 y hasta 1992 se empleó en Transporte Guillán y, seguidamente, se dedicó a realizar comisiones por cuenta propia.
En 1992 ingresó a trabajar en Super Tuti, con Arnaldo Appella. Acerca de este, brotan de labios de Félix palabras de agradecimiento y de reconocimiento.
«Para mí –afirma, en diálogo con EL 9 DE JULIO-, Naldo, como patrón excepcional. Siempre digo que, en esta ciudad, harían falta muchos patrones así, que le den trabajo a tanta gente como lo hace». Si bien se jubiló en el año 2002 continuó trabajando durante cinco años más.
Deseando realizar alguna actividad, comenzó a vender la rifa de CEPRIL. Por entonces, esta institución estaba rifando la vivienda de la calle coronel Lagos entre San Martín y Mitre, para cuyo sorteo vendió 146 rifas.
En 2011, Héctor Tarantino, del Club de Leones, le ofreció la venta de las rifas que anualmente promociona la entidad de servicio. Es el primer año vendió 170 rifas; en el 2012.180; en el 2013.170 y, este año, 175.
Sin lugar a dudas, el récord de ventas que registra Félix, no solamente tiene que ver con su experiencia sino también porque es considerado la comunidad como una persona de bien, que se desenvuelve con absoluta seriedad en sus procederes.
SUS INICIOS EN EL AUTOMOVILISMO
Sus comienzos del automovilismo se registran en 1962 cuando acompañó a Antonio Ferrer, un reconocido piloto de la ciudad de Bragado, durante una competencia que se realizaba en la ciudad de Chacabuco. Entonces le solicitó a Ferrer, la posibilidad de conseguir un auto para armarlo y hacerlo de competencia.
Ferrer consiguió una cupecita que había sido volcada por su anterior propietario. Con esa unidad, luego de preparar la obra, debutó como corredor en la Vuelta de 9 de Julio, del año del Centenario de 1963.
Ferrer junto a Beco Caione se ocupaban de la preparación mecánica del coche. Caione, todas las noches, viajaba desde Morea hasta Bragado para ayudarle a Ferrer.
LA ESCUDERIA
Por iniciativa de Carmelo Guaragna, en 1964, fue formada una escudería o peña de amigos, que fue integrada por Martín Medrano, Jesús Amor, Héctor Diguardo, Horacio Ruso, Jorge Sotelano, Héctor Bazterra, Anastasio Sarnicola, Alberto Díaz, Octavio Carná, Lolo Buceta, el Colorado Valani, Bochín Buceta y Rubén Moscato, entre otros
Esta agrupación, Peña “Nahuel Curá”, se ocupó de realizar diferentes eventos orientados a recaudar fondos para la preparación del automóvil. Uno de los espectáculos más recordados, organizado por esta peña, fue la gran cena realizada en Dennehy, en torno a la cual fue dejado un Falcon 0 km, que aún funciona y sigue recorriendo caminos.
Entre las competencias más importantes que participó, como conductor de la cupecita, se pueden mencionar las realizadas en Chacabuco y Salto.
La preparación técnica en ese momento estaba a cargo de “Lolo” Buceta. Asimismo, “Lito” Sist, trabajando de noche, confeccionó los caños de escape cuadrados que usó el coche.
“NAHUEL CURA”
Félix Colucho usaba, como corredor, el pseudónimo de “Nahuel Curá”. En realidad, lo comenzó a emplear cuando corrió la primera carrera y, desde entonces, no dejó de usarlo..
Lo hizo para evitar que su patrón, Marcos González Balcarce se entere. Además .“le había comentado a “Rolo” Alzaga, cuñado de González Balcarce, quien me dijo que no le iba a decir nada.
La elección del pseudónimo correspondió a Carmelo Guaragna, quien deseaba elegir un nombre representativo de estas tierras. Por ello, sugirió a Colucho usar “Nahuel Curá”, que significa “Tierra de Piedra”.
“Al otro día de haber corrido la primera carrera, llamé a mi patrón para darle las novedades del campo. Ni bien atendió me preguntó: – ¿Cómo te fue ayer en la carrera?. En definitiva, aunque usé ese pseudónimo él igualmente se enteró; pero, no lo reprobó, por el contrario, lo alentó para que siga participando de las competencias automovilísticas.
“Rolo” Alzaga era un entusiasta del automovilismo. En su estancia “San Enrique”, Félix conoció a reconocidas figuras del deporte motor.
Más aún, por intermedio de don Alejandro Marón, conoció al recordado Oscar Cabalen, quien le obsequió con cubiertas de competición y, al mismo tiempo, le brindó valiosos consejos.
UN NUEVO DESAFIO
Por falta de recursos para seguir manteniendo la unidad de competición, Félix decidió venderla y, por consiguiente, también fue disuelta la Peña. Con lo que se obtuvo por la venta del auto, Félix, ofreció una cena para todos los amigos y colaboradores que, en esos años, lo habían acompañado.
Ciertamente, no fue ese el final de la carrera automovilística de quien nos ocupa.
Cierta ver, el doctor Santiago Meli adquirió un automóvil para su esposa, para que lo utilizara para hacer mandados. Sin embargo, optó por prepararlo para competir y le ofreció a Colucho correrlo.
En este caso, la preparación corrió por cuenta de Walter Rodríguez.
En una ocasión, ya corriendo el auto de Meli, había competir en Lincoln; pero, se excusó de hacerlo porque debía recibir, en el establecimiento donde era encargado, un tren especial de hacienda de cinco vagones. Entonces, por gestiones del “Flaco” Reale, el piloto Roberto Ferrer lo fue a buscar en avión a la estancia y lo llevó a Lincoln para que pueda correr.
AMISTAD Y RECONOCIMIENTOS
El automovilismo le permitió cosechar muchos amigos. Hoy, en los asados semanales, sigue reviviendo con amigos y antiguos pilotos, las anécdotas de aquel hermoso tiempo que pasó, aquel en el cual el automovilismo se hacía con mucha dedicación, trabajo y pasión y con poco dinero.
El 24 de junio de 2007, Día del Piloto Automovilístico, por iniciativa de Juan Seijo recibió un diploma de honor. También, en abril de 2014, fue homenajeado en la ciudad de Junín y, con antelación, en Carlos Casares.
En Ingeniero Luiggi ha sido invitado a participar en importantes eventos y ha sido entrevistado por la prensa local.
Junto a Julio Faustino y Juan Carlos Lombardo, meses atrás, visitaron Villa Cañás, para saludar a Félix Luluaga. Luego, en Elortondo, visitaron a Fermín Maseratessi, y en Venado Tuerto, los aguardaba el periodista Farías, conocido por el programa televisivo en Canal 20.
En Río Cuarto también visitaron exhibiciones de automóviles y, nuevamente, en Ingeniero Luiggi, en el marco de una carrera de regularidad, le fue entregada la réplica del coche Nº 41 que Colucho conducía, obra de un artista de esa localidad, Sergio Hugo Martín.
PILOTO DE AVIACION
Félix Colucho, desde adolescente, tuvo deseos de ser piloto de aviación. Cuando cumplió dieciséis años, le solicitó a su padre autorización para realizar el curso de piloto, pero él se rehusó, por el peligro que conllevaba esta práctica.
Luego del fallecimiento de su padre, realizó el curso y obtuvo la licencia como piloto de aviones el 16 de noviembre de 1962, otorgada por la Secretaría de Aeronáutica.
González Balcarce decidió adquirir un avión. En efecto, con él, durante varios años concurrió a remates y ferias de hacienda y a un sinnúmero de lugares.
De sus tiempos de aviador tiene gran cantidad de anécdotas. Una de ellas ocurrió en Dennehy, durante una procesión. Iba con un amigo y este sacó la cabeza por la ventanilla para mirar y el viento le voló la gorra.
A 800 metros de altura, su amigo quería persuadirlo de detenerse porque se le había volado de gorra.
En otra ocasión, también en Dennehy, se corrían carreras cuadreras. Félix, descendió con el avión a ras de suelo y encaró a los caballos de frente. Desde luego, esto generó un gran alboroto. Los caballos se dispersaron y, al otro día, cuando fue al pueblo, los vecinos le reclamaban: – “¡Cómo vas a hacer eso!, ¡en la carrera había mucha plata en juego!”.
SU FAMILIA
El 12 de julio de 1958, Félix Colucho contrajo enlace con Delia Zappa, en cuyo hogar nacieron tres hijos, el primero de los cuales falleció tempranamente.
Sus hijos son María Graciela y Félix Alberto. La primera le ha dado una nieta, Alejandra, la cual, asimismo, lo ha hecho bisabuelo, tras el nacimiento de Octavio Cayo.
PALABRAS FINALES
Félix Colucho es un protagonista de la historia del deporte motor nuevejuliense. Los merecidos reconocimientos que ha recibido dan testimonio de la estimación que le profesan quienes, hace medio siglo, lo vieron surcar los caminos en una competencia automovilística.